martes, 13 de diciembre de 2011

UN LÁPIZ DE OJOS NEGRO

1

Este lápiz de ojos negro dura todo el día, me comentó la dependienta. Es muy bueno, yo lo llevo puesto desde las ocho de la mañana y aún sigue intacto. La miré y era verdad, seguía intacto. Era muy caro para mí, pero hice un esfuerzo y lo compré. Me lo pondría por la mañana y me duraría hasta la noche; así podría ser mujer durante más tiempo. Podría ser mejor madre, mejor hija, mejor esposa…


2

Por la mañana me maquillo con el lápiz de ojos negro,
Un lápiz de ojos negro que se desliza suavemente por mis párpados,
Convirtiéndome en mujer.
En la última de una estirpe sin labios que gime sílabas descoloridas,
En una hembra paridora de machos salvajes que te muerden los pechos,
En una esclava muda atada con hilos de sangre a un útero fecundo,
Con los ojos pintados y un alambre de púas decorándome el cuello,
Una sombra que gime mientras borda con lágrimas un ajuar de piedra.



3

Un lápiz de ojos negro que por fin se desvanece cada noche en mi almohada,
Que cada noche me deja desnuda, derrumbada entre mis sueños,
Libre de mis cadenas de carne, engendradora de carne,
Inseminada de mis propias alucinaciones,
En un paraíso que sólo a mí me pertenece,
Desmaquillada y libre.


Concepción Rodríguez Gasch

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